50 años atrás, cuando existía un grupo de grandes mega marcas que dominaban la manera en la que comprábamos y satisfacíamos nuestras necesidades básicas, eran los medios y los grandes consorcios los que nos decían qué, cómo, cuándo y dónde comprar.
No hace falta que les recuerde lo que le pasó a Kodak y a Polaroid (especialmente a Kodak) después de que llegó la cámara digital, bastó con ver su decadencia después de que una industria fue totalmente cambiada para abrir paso a la nueva era de la generación de contenido audiovisual, que pasó a ser dominado por las cámaras en nuestros celulares, y el consumo de contenido en plataformas como Youtube, Instagram y Facebook. Todo impulsado por un sencillo deseo de la mayoría de los consumidores: la portabilidad y accesibilidad.
Dentro de historias como esta, u otras similares que son muy conocidas por el público en general, como la historia de Blockbuster -destrozados por Netflix-, hay un factor común que propicio la renovación de grandes paradigmas sobre cómo consumíamos, y es que ahora las empresas no nos pueden decir cómo, cuándo y dónde comprar, si no que ahora lo hacemos nosotros: los consumidores.
La realidad de este gran cambio de paradigma ha llevado a los garajes de cientos de emprendedores en todo el mundo la oportunidad de montar grandes y exitosos negocios, que hoy día valen millones de dólares sólo por la intuitiva decisión de observar la manera en la que quieren comprar los consumidores de este siglo, lo que me lleva a creer activamente en que no existe mejor momento para estar vivo y ser emprendedor a la vez.
Todo esto me recuerda a Mauricio, quien es un buen amigo mío aquí en Monterrey, y quien dirige una de las comunidades de emprendedores de más rápido crecimiento en México: Noches de Pitcheo. Un buen día de esos en una sesión dijo: “Creemos firmemente que las grandes innovaciones de una empresa vienen claramente desde el exterior”:
De esta manera, las grandes aceleradoras de negocios e incubadoras en el mundo hacen un foco increíble sobre la detección de problemas relevantes que sean poco observados como los detonadores de las empresas más prosperas y duraderas, gracias a que las industrias más viejas y tradicionales se han vuelto tan sistematizadas y establecidas que muchos de los equipos de innovación y desarrollo se centran en hacer nuevos y maravillosos avances tecnológicos antes que en notar las necesidades y exigencias de sus clientes finales, y todo precisamente porque esas cosas suceden al exterior de sus empresas.
Si bien es cierto que estas empresas tienen equipos de innovación que cuestan millones de pesos no están al alcance de un emprendedor promedio, también es cierto que desde lo pequeño siempre hay ventajas, así que, ¿cómo puedo competir contra eso desde mi trinchera? Sencillo: viendo al exterior.
Es gracias a esto, y a un par de años de experiencia rodeado de emprendedores y desarrollando mis propios proyectos que me atrevería a dar 3 consejos básicos para los nuevos emprendedores que están buscando construir el futuro desde sus oficinas o garajes:
- Mantente ágil: La diferencia entre tú y las grandes empresas es que éstas están preparadas para eficientar procesos debajo de una estructura compleja y robusta que carga con años de experiencia y mucho dinero invertido en activos, por eso, mi recomendación es que mires cuáles son sus deficiencias en lo más mínimo y las sustituyas manteniendo toda la ligereza posible, es decir: si tus clientes quieren comprar en línea, no inviertas en un local, o si tus clientes se quejan por el mal servicio al cliente de tus competidores, busca la manera de crear vínculos digitales que no te cuesten ni una centésima parte de lo que cuesta un call center.
¿Ejemplo? Rappi en Colombia surgió como un servicio de entrega a domicilio que te llevaba literalmente cualquier cosa a tu casa, sin embargo no se quedó en eso: y ahora ha construido una red de distribuidores gigante a los que les puedes hasta pedir que te ayuden a bañar al perro si es necesario. Ningún Fedex (con todo y sus cientos de almacenes) puede competir con eso. - Escucha con atención a tu consumidor: Siempre es bueno dejar un canal de comunicación abierto para que cualquiera que sea tu consumidor pueda decirte qué opina; las grandes empresas tienen problemas para observar y reaccionar ante esos comportamientos.
Si lo que haces es vender panqueques a domicilio, siempre está bien tener una página en Facebook donde invites activamente a tus consumidores a valorar tu trabajo, y si vas empezando, hay miles de páginas en internet donde puedes leer lo que los consumidores comentan de tus potenciales clientes.
¿Ejemplo? María Tamales es un negocio en Guadalajara, Jalisco que vende una variedad de tamales increíble, entre los que destaca su Tamal de Hersheys, y que fue resultado de un proceso de prueba y error constante con sus clientes hasta que obtuvo valoraciones positivas. Actualmente tiene juegos de lotería durante tu tiempo de espera, porque seguramente hubo algún cliente que se quejó de estar sentado sin hacer nada. Las posibilidades son infinitas. - Define un perfil muy específico: La gente de mercadotecnia llama a esto una estrategia de nicho, y lo podemos interpretar como un gran bosque donde los grandes árboles se quedan con casi la totalidad del agua y la luz antes de que lleguen al suelo, por lo que para los nuevos retoños que nacen, lo más óptimo es ubicarse entre los huecos que dejan estos árboles para aprovechar buena cantidad de agua y luz, o en otras palabras, tienes que captar las pequeñas porciones de mercado que no se identifican con grandes marcas.
¿Ejemplos? Hace días conocí a un muchacho en Durango que vende mazapanes, sin embargo decidió cambiar su modelo de negocios y fabricarlos sobre pedido, hechos con formas y letras, ideales para decir “te amo” o entregar un detalle personalizado. Él se encargó de cubrir un nicho que adora lo hecho artesanalmente, ama los dulces, y sin embargo no quiere gastar mucho en un pastel de una gran cadena de repostería. Su negocio se llama Señor Ardilla Mazapanes.
A pesar de que estos 3 consejos parecen sencillos, implican un compromiso excepcional al momento de la ejecución, por lo que mi gran recomendación para ti lector, que tienes una empresa o quieres emprender, es que nunca te olvides de la disciplina, puesto que es una característica que no sólo es vital en este mundo competitivo si no que además es el pase de entrada.
Por último, te invito a echar un vistazo a libros de emprendimiento, metodologías, cursos, guías y las grandes cantidades de información que están ahí en la web y que son de libre acceso para que cualquier entusiasta y disciplinado sea capaz de construir algo valioso para la sociedad.
Recuerda, en esta época de cambios tan acelerados, lo que menos ha cambiado es lo que pide a gritos ser reinventado, y el que lo puede hacer puedes ser tú.